Pogacar cambia de rival
El número uno se ha apuntado también al Tríptico de las Ardenas, donde encontrará nuevos enemigos. En especial, el principal: Evenepoel. Atrás quedan sus colosales pulsos con Van der Poel.


La temporada de clásicas pasa del adoquín a las cotas, de los muros a las colinas… Pero sigue teniendo un nombre en común: Tadej Pogacar. El número uno se ha apuntado también al Tríptico de las Ardenas, donde cambiarán varios rivales. En especial, el principal rival: Remco Evenepoel. Atrás queda un pulso colosal con Mathieu van der Poel en el primer tramo del curso, que se cerró con dos Monumentos para el holandés, la Milán-San Remo y la París-Roubaix, y uno para el esloveno, el Tour de Flandes. Además de otras clásicas de relieve: VDP venció en Harelbeke y Pogi se anotó la Strade Bianche. El duelo ha dejado el contador con empate a ocho Monumentos. Ya solo ven a cinco campeones por delante en la historia: Merckx (siempre Merckx), De Vlaeminck, Girardengo, Coppi y Kelly.
Con el regusto del espectáculo todavía en el paladar, el ciclismo primaveral cambia de pantalla con un nuevo aliciente: el esperado regreso de Evenepoel, que ha retrasado su estreno de la temporada por culpa de una lesión. El belga volvió el pasado viernes con una relevante victoria en la Flecha del Brabante, en la que batió a Wout van Aert, otro ilustre que últimamente participa menos de esta liga de oro. Van Aert ha bajado un peldaño, pero lo puede volver a subir. Así llegamos este domingo a la Amstel Gold Race, que abre un triplete de clásicas que completarán la Flecha Valona, el miércoles 23, y la Lieja-Bastoña-Lieja, la Decana del calendario, otro Monumento, que pondrá el broche al desafío el domingo 27. Solo dos corredores han triunfado en las tres en un mismo año, Davide Rebellin y Philippe Gilbert. Estuvo cerca de hacerlo Alejandro Valverde, que logró tres veces el doblete Flecha-Lieja, que aderezó en 2015 con la segunda plaza en la Amstel, por lo que no llegó a redondearlo. Un nuevo reto para el insaciable Pogacar, a quien tanto le gusta darle mordiscos a la historia. El problema, para él, es que a Remco también.
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