Súper Camavinga
Cuando está bien físicamente, es un ciclón que recorre el campo de un área a otra barriendo, recogiendo y limpiando, como una ‘superkelly’ atómica desplegando todo su poderío.
El Madrid realizó ante el Mallorca el mejor partido de la temporada. Salió como un avión, apabullando al rival y metiéndole una intensidad a la presión como no se había visto hasta ahora. Un equipo mordiente y aguerrido como el Mallorca, al que cuesta dominar, se veía superado por todos lados, a pesar de que Arrasate ordena a sus jugadores de maravilla. Pero el Madrid iba a otra velocidad, asfixiando a los rivales y sin dar un respiro al ritmo de juego. Aunque faltaba el gol, nadie podía discutir la superioridad de los blancos, en los que destacaba la presencia por todo el campo de Camavinga.
A sus veintidós años, cuando está bien físicamente, es un ciclón que recorre el campo de un área a otra barriendo, recogiendo y limpiando, como una superkelly atómica desplegando todo su poderío. No hay quien lo pare. Con el regreso del francés el equipo ha conseguido una inyección de gasolina que ha servido para que el resto coja aire. Es indudable que, jugando con tres arriba, los del medio tienen que multiplicarse en la presión y las coberturas y, para eso, no hay nadie ahora mismo como Eduardo Camavinga en la plantilla. Con el calendario que tienen por delante los de Carletto, se hace imprescindible la presencia de este jugador, al que habrá que cuidar y dosificar porque, cuando no está, bajan las revoluciones del juego, y este Madrid está pensado para jugar a toda pastilla.
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