Una remontada para calmar las aguas

Remontada en La Rosaleda. Un gol de Tasende y otro de Pau Sans, que pide a gritos la titularidad, le dieron la vuelta al gol inicial del Málaga y Miguel Ángel Ramírez pudo celebrar en su tercer partido su primera victoria, un triunfo imprescindible para calmar las aguas y reforzar la posición y el discurso del nuevo entrenador y, por supuesto, para que el equipo aragonés renueve sus aspiraciones de alcanzar la promoción, o de pelear hasta el final por conseguirlo.

Ramírez armó a su equipo en La Rosaleda en una especie de 5-2-1-2. Y le acabó saliendo bien: mantuvo una zaga con tres centrales y metió cemento armado en el medio con Arriaga, al que escoltó con Keidi Bare, situando a Toni Moya por delante de los dos. Arriba, Liso, una de las cuatro novedades del once, e Iván Azón.

El Zaragoza le metió desde el principio revoluciones al partido, con una presión alta y agresiva hombre a hombre que le proporcionó robos, verticalidad en su ataque y sensación de amenaza, una novedad respecto a las dos primeras jornadas de Ramírez, donde su equipo apenas disparó a puerta. Las mejores ocasiones fueron un disparo de Keidi Bare desde la frontal del área y un lanzamiento de falta de Toni Moya, pero hubo hasta media docena de aproximaciones con cierto peligro. El duelo estuvo algo más en la primera parte donde quiso el Zaragoza, aunque el Málaga, que salió también a ‘morder’ en la disputa, gozó de más claras oportunidades y una cesión de mecha corta de Liso a Poussin estuvo a punto de arruinar la tarde antes de que el árbitro, VAR mediante, dejara sin efecto un penalti por mano (?) de Lluís López, que vio la quinta amarilla y no estará ante el Cádiz. Sí lo hubo al filo del descanso por empujón de Manu Molina a Azón, pero éste se quedó directamente en el limbo, sin revisión.

En la segunda parte ya se acabaron de romper las hostilidades, porque enseguida, en una acción similar a la de Elche, el Málaga desnudó a toda la defensa del Zaragoza, que sigue sin corregir sus errores de bulto, y Dioni abrió el marcador a puerta vacía. Pero apenas seis minutos después, Alfonso Herrero, tantas veces sostén del Málaga, se ‘tragó’ un cañonazo esquinado de Tasende en un tiro libre, que supuso el empate y también que el Zaragoza volviera a marcar de falta directa más de seis años después.

El Málaga tuvo el triunfo en su mano en un par de ocasiones muy claras, pero se estrelló ante Poussin y su falta de puntería, y, lo que es el fútbol, en un minuto se pasó del posible 2-1 al 1-2, al firmar Pau Sans, recambio de Liso, un contragolpe de manual de Aketxe y Tasende, que se enmendó por segunda vez de su pecado en el primer gol del Málaga.

El Zaragoza sube tres puestos en la clasificación y alcanza la novena plaza, a ocho puntos del ‘playoff’, que cierra el Mirandés con un partido menos.