Vuelve el duelo Ayuso-Roglic

Con el regusto de la espectacular etapa del sterrato todavía en el paladar, el Giro de Italia retomó la competición para celebrar su ‘contrarreloj larga’. Hago aquí un inciso para explicar el entrecomillado: me sigue chirriando que llamen ‘larga’ a una distancia de 28,6 kilómetros, un tramo en el que, en otros tiempos, Miguel Indurain no habría empezado ni a calentar. Dicho esto, vuelvo a la etapa de Pisa, que se esperaba con incertidumbre porque iba a dar algunas pistas, no decisivas pero sí clarificadoras, de la situación en la que se iba a quedar el Giro. Había preguntas que flotaban por el aire después del etapón del domingo. ¿Isaac del Toro era un líder sólido? ¿Juan Ayuso seguía siendo el capitán del UAE Team? ¿Primoz Roglic recuperaría la aureola de patrón de la carrera? Ninguna de las tres respuestas pueden considerarse definitivas, pero sí bastante orientativas.

Del Toro cedió 48 segundos con Ayuso y 1:07 con Roglic, por lo que es fácil deducir que los galones volverán al español. Ayuso se marcó una crono poderosa, solo eclipsada por la lluvia, un factor que le privó de un mejor resultado respecto a corredores de secano, entre ellos su rival esloveno, pero no le impidió pegarle un zarpazo a su compañero para situarse a 25 de la maglia rosa, a la espera de toda la traca de alta montaña. Roglic, por su parte, pegó un mordisco de 19” que le acerca a menos de un minuto del español. Si hubiera que apostar, todo apunta a que el duelo Ayuso-Roglic, que quedó en duda en los caminos blancos de Siena, vuelve a la primera pantalla del Giro, si las caídas y las viejas heridas no lo impiden. En este pulso, el UAE cuenta con la fortaleza del equipo, con cuatro ciclistas entre los siete primeros de la general, pero eso también puede convertirse en un hándicap para los de Matxin si se enredan en la gestión interna de sus bazas. Todavía hay respuestas pendientes.

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