Este raspador de lengua elimina las bacterias y combate el mal aliento
El limpiador lingual de Arista es el más vendido en Amazon, donde acumula casi 21.000 valoraciones de los clientes

Aunque el cepillado supone la parte más importante en cualquier rutina de higiene dental, este proceso se puede acompañar de otros que ayuden a mantener la boca limpia y fresca. Como ya te hemos contado, solo un profesional puede quitar el sarro, pero sí está en tu mano prevenir su aparición. Por ejemplo, con un raspador de lengua, diseñado específicamente para limpiar este órgano y mucho más efectivo que las cerdas de un cepillo de dientes.
Limpiador de lengua: para qué sirve
Un raspador lingual es una herramienta de higiene oral que sirve para limpiar la superficie de la lengua de bacterias, restos de comida, células muertas y otros compuestos que, entre otras cosas, pueden causar mal aliento.

Limpiador de lengua de cobre: beneficios
El limpiador de lengua resulta muy práctico a la hora de eliminar bacterias que un cepillo de dientes eléctrico o manual no puede alcanzar, lo que ayuda a mantener una lengua sana y rosada. Entre los principales beneficios que ofrece su uso se pueden destacar los siguientes:
- Mejora de la higiene bucal: reduce significativamente la cantidad de bacterias.
- Aumento del sentido del gusto: “revive” las papilas gustativas, lo que provoca que los alimentos sepan más y mejor.
- Aliento más fresco: termina con el principal agente que provoca la halitosis.
- Favorece la salud digestiva: una lengua limpia mejora la digestión y maximiza la eliminación de toxinas.
- Mejora del sistema inmunitario: una limpieza regular y en profundidad puede tener un impacto positivo en el sistema de defensa del cuerpo.
Raspador de lengua de cobre
Con casi 21.000 valoraciones de los clientes y una nota media de 4,4 sobre 5, el raspador de lengua de Arista es el más vendido en Amazon. Se trata de un limpiador hecho de cobre antibacteriano, un material higiénico que “mata naturalmente bacterias y microbios al o”, explica el fabricante. Esta herramienta presenta un borde contorneado suave que se ha concebido para eliminar los residuos de forma “segura, sin provocar arcadas”. Además, cuenta con unos mangos más largos que permiten aplicar presión uniforme a lo largo de la lengua.

Esta herramienta “simple, pero poderosa” es ideal para completar una rutina de higiene y es el acompañante perfecto del cepillo de dientes y el irrigador dental. Tan solo se necesita un minuto al día para integrar el limpiador en cada ritual de limpieza oral. Asimismo, la compra incluye una práctica bolsa de algodón para guardarlo de forma segura e incluso llevarlo de viaje.
Cómo se usa un limpiador de lengua
El limpiador se puede emplear tanto antes como después del cepillado, aunque muchas personas optan por la primera opción porque les ayuda a retirar las bacterias de la lengua antes de enjuagar durante el proceso de cepillado. Usar un raspador lingual es muy sencillo. Para hacerlo de la mejor manera, lo más recomendable es que sigas estos pasos:
- Sujeta el raspador por ambos extremos.
- Coloca suavemente el borde curvado en la parte posterior de la lengua.
- Aplica una ligera presión y tira hacia adelante para remover la acumulación de suciedad.
- Enjuaga después de cada pasada y repite hasta que la lengua esté limpia.
Para sacarle el máximo rendimiento, es aconsejable utilizar el limpiador lingual por la mañana o con el estómago vacío porque se maximiza la eliminación de bacterias. Eso sí, también es útil emplearlo después de cada comida o por la noche, si tu objetivo es mantener la boca fresca durante todo el día.
Cómo limpiar un raspador de lengua
El mantenimiento del raspador lingual es vital para conseguir una limpieza en profundidad de la lengua. Lavarlo es muy fácil: bastará con enjuagarlo bien y secarlo después de cada uso. Sin embargo, para una limpieza más profunda, lo mejor será esterilizarlo. Para ello, tendrás que meterlo en agua hirviendo.

Cada cuánto se cambia el limpiador de lengua
La frecuencia con la que debes cambiar tu limpiador de lengua dependerá del material y del uso que le des, aunque los de acero inoxidable o cobre pueden durar mucho más tiempo (incluso años) que los de plástico. Los signos que denotan que tienes que sustituir tu raspador tienen que ver con si presenta bordes desgastados o deformados, un cambio de color sospechos o un mal olor persistente.