De los Challengers a Roland Garros: el viaje de vuelta de Pablo Carreño
“Ha sido complicado. Físicamente, estoy al 100%. Sin molestias, es mucho más fácil. Es momento de disfrutar”, dice el gijonés de 33 años.


En enero de 2023, cuando comenzó la gira australiana, Pablo Carreño era el número 15 del mundo. Solo unos meses antes, en agosto, había ganado el Masters 1.000 de Canadá. Pero algo no iba bien en su codo derecho. Y después de perder en Róterdam contra Richard Gasquet, en febrero, tuvo que parar. No volvió a jugar hasta octubre, cuando empezó su obligatoria vuelta a los Challengers, porque había perdido 180 puestos en el ranking. Sin embargo, su vuelta fue efímera, ya que se vio obligado de nuevo a apartarse de la gira y no regresó hasta Roland Garros ya en 2024, con ranking protegido y como número 1.049. No pasó de la primera ronda y ahí empezó su carrera para volver al top-100 y más Challengers, claro. Con las excepciones que tenía por su duradera lesión, pudo entrar en algunos eventos ATP, incluido el US Open, al que llegó después de tener que retirarse en las semifinales de Winston Salem. Esta misma temporada participó en los Challengers de Tenerife 1 y 2 (fue campeón en los dos), y en los de Murcia, Girona y Madrid. Y así entró entre los 100 primeros de la clasificación y, por ende, otra vez en Roland Garros, donde fue dos veces cuartofinalista, en 2017 y 2020. El pasado domingo ganó un partido allí por primera vez en cuatro años, ante el argentino Francisco Comesaña. Y este miércoles (17:00, Eurosport) se enfrenta al estadounidense s Tiafoe, sin nada que perder.
“Físicamente, estoy al 100%, estoy sin problemas. Este año he tenido que jugar torneos Challengers, que son muy complicados, pero quizás son de un nivel menos. Y al final tienes que acostumbrarte también al ritmo de bola, a la exigencia mental de jugar este tipo de partidos”, comenta Carreño a AS. “En los últimos partidos que había jugado en el circuito estaba dando el nivel, pero siempre me faltaba un pelín para acabar ganando esos terceros sets. Tenía oportunidades, no las aprovechaba, quizás también por un poquito de falta de confianza. Así que creo que este partido me ha venido superbien, porque me merecía ya poder disfrutar de una victoria como esta. Y ahora ojalá que las cosas sigan saliendo bien. Seguiré trabajando para conseguirlo. Y sin las molestias, es mucho más sencillo hacerlo”, añade el gijonés de 33 años, que dio un paso adelante en cuanto a agresividad. “Pienso que soy mucho más peligroso cuando estoy dentro de pista que cuando juego dos o tres metros detrás de la línea de fondo. La táctica es intentar no irme para atrás, aguantar los golpes”.
Todo este tiempo de recuperación física y tenística ha tenido un peaje mental para Pablo y no esconde que “ha sido complicado”. “Porque el objetivo que teníamos esta temporada era clasificarnos para Roland Garros. Tuve que jugar demasiadas semanas, alguna más de la que me hubiera gustado en el circuito Challenger para conseguirlo, pero es que no es nada fácil”. Y es que Carreño apunta que “los Challengers tienen un nivel altísimo”. “He jugado cuartos de final contra Marin Cilic en Girona, contra jugadores que están top-100 en muchos torneos en cuartos, ya ni en semifinales ni en la final, sino en cuartos. Y las puntuaciones, aunque llegues lejos o seas campeón, son muy bajas. Al final cuesta mucho volver a meterse en ese top-100, que he podido hacerlo”.
Objetivos y conciliación
Ahora, el jugador español se siente “muy satisfecho”. “Aunque quizás he tenido que sacrificar un poco el llegar mejor a esta gira de tierra, tanto a Barcelona como a Madrid. Pero bueno, era un objetivo muy importante, porque me daba directo a Roland Garros y no tenía que jugar tres partidos de previa. También me ha dado directo a Wimbledon, así que creo que, bueno, es momento ahora de disfrutar y de aprovechar esos beneficios que me he ganado”. El proceso en el que está inmerso ha incluido importantes cambios en su vida personal. Contrajo matrimonio en 2021 y pronto habrá más novedades. “Voy a ser padre dentro de nada. Está ya ahí, o sea que ya llegan momentos delicados en cuanto a ver dónde voy a viajar, dónde no voy a ir… Pero creo que al final tengo que intentar disfrutar también de estos momentos personales. He tenido momentos muy duros con el tema de la lesión, no solo en pista, sino que también personales para mí, y ahora, pues, toca disfrutar tanto en pista como fuera de ella”.
El objetivo de Carreño es intentar seguir en línea ascendente “hasta el final del año”. “Sé que en la gira de Estados Unidos defenderé algunos puntos y el objetivo es, de aquí a esa campaña, intentar coger margen para estar más tranquilo, poder disfrutar en casa de la familia y mantenerme dentro de ese top-100. Porque estoy seguro de que, si termino este año dentro, el año que viene, jugar un poquito más seguido en el circuito ATP me facilitará mucho las cosas”. Ojalá que así sea.
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