Rey de la tierra batida... hasta que llegó Nadal: quién fue Max Décugis, el campeón olvidado de Roland Garros
El francés, nacido en 1882, fue ocho veces campeón del torneo, entre 1903 y 1914. También cosechó 21 títulos en dobles.


Mucho antes de que Rafa Nadal hiciera historia en Roland Garros con sus 14 títulos de campeón, hubo un tenista que fue el rey de la tierra, aunque su nombre pocas veces ha sido citado en comparación con el de otras leyendas del tenis francés. Fue Maxime Omer Mathieu Décugis. Nacido en París, en 1882, fue ganador del torneo ocho veces entre 1903 y 1914. Murió a los 95 años, en 1978, cuando ni siquiera había llegado al mundo el balear, que fue alumbrado en 1986.
Si bien es cierto que en la época de Décugis, el torneo si siquiera se llamaba Roland Garros y que solo los jugadores con licencia nacional podían competir, lo que consiguió Max fue singular. A ese éxito individual añadió los 14 cosechados en dobles y otros siete en dobles mixto. Además, ganó tres medallas olímpicas en las especialidad de parejas, en París 1900 y Amberes 1920, esta última con una jovencísima Suzanne Lenglen (15 años), que sí gozó de un reconocimiento especial en la historia de Roland Garros. De hecho, la segunda pista lleva su nombre.
Además de jugador, Décugis fue árbitro, asesor de tenis y colaborador en periódicos. Incluso fundó uno, Tennis, en 1900. Para ganar dinero, solía vender sus trofeos y obsequios que obtenía en los torneos. También fue soldado del ejército francés en la Primera Guerra Mundial. Una vez retirado, fue capitán del equipo galo de Copa Davis, competición en la que participó como jugador. Entre sus otros empleos, llama la atención el de florista.
Polifacético
En su carrera tenística, fue dos veces campeón júnior de Wimbledon, donde se convirtió en el primer vencedor de su país, en el dobles de 1911, junto a André Gobert. Llegó a disputar el major británico con 44 años, en 1926. Era conocido por esperar los errores de sus rivales, pero también por su potencia y precisión. Nunca tuvo el boato de campeones como los cuatro mosqueteros: Henri Cochet, Jean Borotra, René Lacoste y Jacques Brugnon, que tienen sus estatuas en Roland Garros. Lo curioso es que Max estuvo vinculado a ellos, como adversario y como capitán. En cierto modo fue su maestro, su precursor.

El suegro de Décugis, el pintor François Flameng, le inmortalizó ejecutando una volea. Y su primera esposa, Marie Flameng, fue su compañera habitual de dobles mixtos. La historia y los años, que no perdonan, enterraron su nombre, pero él fue el Nadal de su época.
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