Diego Matamoros, sobre su enfermedad: “Eso estará ahí toda la vida”
El hijo de Kiko Matamoros padece espondilolistesis degenerativa, una afección que le provoca unos fuertes dolores que no remiten ni siquiera con la medicación.
No debe confundirse la sinceridad con la dirección recta de las palabras, sin medios filtros, por mucho que suelan mostrarse en pack indivisible. Estos dos elementos han brillado siempre en las declaraciones que Diego Matamoros ha hecho sobre su situación médica, marcada por la espondilolistesis degenerativa que padece y los insoportables dolores que le produce.
En su reaparición ante los medios, materializada en un evento realizado en Madrid, le han llovido las preguntas acerca de la aventura de su hermana, Laura Matamoros, en Supervivientes, formato en el que participó allá por 2014 y que, de hecho, tuvo que abandonar por dolencias derivadas de la citada enfermedad; también, y como era previsible, se han interesado los medios de comunicación en su estado de salud. Y él, como acostumbra, ha respondido con detalle.
“Esto es lo que toca, pero bueno. Hay que remar y entrenar mucho, porque si no eso es lo que recoge el sistema óseo, así que a tirar”, ha dicho en una primera instancia, matizando después que, en realidad, lo que preocupa es la evolución: proceso que, muy probablemente, vaya “a peor”.
Una complicada evolución
Lo cierto es que, aunque el modelo ha pasado por quirófano en numerosas ocasiones durante los últimos meses, la afección parece ganar el pulso constantemente, impidiéndole recuperar la normalidad en su rutina y torpedeando sus movimientos: “Eso estará ahí toda la vida, me sigue complicando la vida, tengo dolor crónico, estoy jodido, tomo medicación todos los días. Ahora me vuelvo a pinchar en las raíces nerviosas y en la médula”.
A principios de marzo fue ingresado por el mismo motivo y ya entonces avanzaba que “los cosas no van como yo querría”. Entonces se pronunció a través de redes para alabar a su doctor, a quien considera “una eminencia en su campo”, y poner al día de su situación a sus más de 410.000 seguidores en Instagram: “Me ha tocado revisión, he pasado por quirófano y me he metido el combo de radiofrecuencia y corticoides. Como las otras veces, estoy bastante jodido, aunque hoy tengo la pierna bien. Llevaba diez días bastante complicados y con bastantes dolores”.
Afirma con cierto aire de resignación que, aunque cumple a rajatabla los tiempos de la medicación, hay días en los que no es capaz de “poder levantarse y andar bien”; a su cabeza debieron llegar otras palabras que pronunció aquel día de principios de marzo: “Quien padece de estos dolores sabe que llega a ser desesperante, pero somos positivos”.
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