El día en que el Papa Francisco hizo llorar a Messi
Ocurrió en 2013, durante una ofrenda de la Selección Argentina al por entonces nuevo Pontífice. Messi relató aquel momento como algo realmente emotivo.


El Papa Francisco llegó al mando de la cúpula de la Iglesia Católica en el año 2013. El argentino se convertía así en el primer Papa sudamericano de la historia, un evento histórico que el mundo celebró enfrentando en un partido amistoso a las selecciones italiana y argentina, comandadas entonces por un joven Leo Messi y por la leyenda Gianluigi Buffon.
En los actos previos al encuentro conmemorativo se realizó una ofrenda de ambas plantillas al nuevo Papa. Messi, que por aquel entonces estaba lesionado, viajó solamente para hacer entrega de los obsequios: un montón de “recuerdos futboleros” aportados por futbolistas y familiares, una bandeja de plata, una camiseta de Argentina y un banderín de los que intercambian los capitanes y un retrato de René Pontoni (jugador favorito de Francisco). Messi, en nombre de toda la delegación, recibió de manos del Pontífice un pequeño olivo, regalo simbólico del Vaticano a la Albiceleste.

Tras la ofrenda oficial, el Papa Francisco dedicó unas palabras para sus compatriotas y también para la selección italiana, pidiéndoles que hagan un buen uso de su fama e influencia en el mundo y se hagan responsables del peso que tienen en la sociedad.
La emoción se apoderó de Messi
El Papa le dedicó una particular referencia a los argentinos durante el acto, en la que recalcó lo que él consideraba como la naturaleza cultural de sus compatriotas: “Ustedes vieron cómo se comportaron los integrantes de la delegación de Italia y como lo hicieron los argentinos… Vieron que unos fueron obedientes y ordenados (italianos) y otros desordenados y desprolijos (argentinos). Bueno, yo soy uno de ellos; ahora saben de dónde vengo, se lo digo a los que me cuidan, que me rezongan cuando salgo del protocolo, cosa que seguiré haciendo", dijo Francisco, mostrando el orgullo de ser argentino y de tener esa actitud diferente y que hizo brotar unas lágrimas de los ojos de un Messi, visiblemente emocionado.
“Ha sido una jornada especial. Estoy orgulloso de haber estado aquí para ver al Papa, también porque es argentino. El fútbol me ha llevado por todo el mundo, en los lugares más increíbles, pero la de hoy ha sido de verdad una jornada especial, inolvidable“, dijo Messi tras concluir el acto. El astro, además, asumió su responsabilidad como figura pública y secundó las palabras del Pontífice con respecto a usar su poder como algo beneficioso para la sociedad.
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