Estudiantes desarrollan nuevo bat para los Orioles de Baltimore
Mientras medio beisbol enloquece con los torpedo bats, dos estudiantes de Johns Hopkins construyen una nueva arma


Por un instante, para ser precisos al principio de la temporada, todo el beisbol pareció rendirse ante una pieza de madera ligeramente abultada en la parte media. El primer fin de semana de la temporada 2025, los New York Yankees desataron una tormenta de cuadrangulares —nueve en una sola noche contra los Milwaukee Brewers– que dejó a pitchers, analistas y fabricantes de bats preguntándose si había una nueva física en el diamante.
La respuesta, como todo en estos tiempos, tenía un pie en el MIT: los llamados bats torpedo aparecieron como una innovación de alta ingeniería aplicada al swing. Su diseño, más grueso en el barril, promete maximizar velocidad y potencia en la zona de impacto. Múltiples equipos de Grandes Ligas comenzaron a experimentar con ellos, contagiados por el bum de Yankees.
Pero la euforia tiene fecha de caducidad, y parece que los días gloriosos de los torpedos están contados. La razón no es un veto reglamentario. Es algo mucho más silencioso y profundo: la tecnología.
Mientras los Yankees hacían volar pelotas fuera del Yankee Stadium, en un aula poco iluminada del Malone Hall de la Universidad Johns Hopkins, dos jóvenes empezaron a construir el futuro de los bats. Kevin Wu y Xiaojian Sun, estudiantes de ciencias computacionales y robótica, emprendieron el diseño de un madero más potente. Una herramienta con mayor precisión.
Design Day preview: Even before torpedo bats launched across MLB, the @Orioles were working with Hopkins engineering students on a computer vision bat optimization system of their own. Watch and read: https://t.co/prAIfqOszN pic.twitter.com/HAYHQVzvM8
— Johns Hopkins Engineering (@HopkinsEngineer) April 18, 2025
Con ayuda de la tecnología
El encargo vino directamente de los Baltimore Orioles. Desde que contrataron a Sig Mejdal, exingeniero de la NASA y coautor del enfoque analítico de los Houston Astros, los Orioles han hecho de la estadística avanzada su idioma madre.
Ahora, ese idioma tenía una nueva sintaxis: inteligencia artificial.
Wu y Sun crearon un sistema capaz de medir con precisión milimétrica cada curva, cada centímetro, cada inflexión en el mango de un bate. Basta una fotografía tomada con un iPhone, una pantalla verde de fondo y unos segundos de procesamiento para que el programa traduzca la imagen en una topografía digital del bat. Donde antes se necesitaban horas con calibradores manuales y ojos cansados, ahora bastan clics. La precisión alcanza un 99.8%. Más exacto que cualquier humano. Más rápido que cualquier máquina anterior.
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“Las pequeñas diferencias en el mango de un bate pueden alterar por completo la sensación de control que tiene el jugador en el plato”, escribieron Wu y Sun en la descripción del proyecto. “Ese apego emocional que tienen los bateadores por ‘su’ bate no es irracional: obedece a una sensibilidad precisa que ahora podemos cuantificar”.
Lo que esta dupla desarrolló no es sólo una herramienta que saque más ventaja. Es una especie de escáner cerebral de los bats. Una máquina de rayos X de la madera que permitirá a los equipos diseñar bates personalizados no sólo con base en las preferencias de cada jugador, sino también optimizados para sus características físicas, biomecánicas y mentales.
La ironía es fina: mientras la MLB se encandilaba con un diseño que parecía venir del futuro, el verdadero futuro se gesta en silencio en Baltimore, con estudiantes armando su prototipo en un aula vacía, colgando bates de sedales como si fueran piezas de museo.
El sistema, ahora adoptado formalmente por los Orioles, será parte de una sala especial en el Oriole Park en Camden Yards. Los jugadores podrán escanear sus bates y obtener datos que antes sólo podían imaginar.
No es la primera vez que los Orioles adelantan al resto. En 2018, mientras otros aún debatían el valor de la velocidad de salida (exit velocity), Baltimore ya contrataba científicos de datos. Hoy, mientras media liga juega a la imitación con los torpedos, ellos apuestan a la personalización absoluta.
Lo que comenzó como un proyecto estudiantil en el Grupo de Análisis Deportivo de la Escuela de Ingeniería Whiting de Johns Hopkins, pronto podría convertirse en un estándar industrial.
Mientras otros buscan el próximo gran bateador, Baltimore decidió reinventar el bate.
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